Una llamada del corazón
Un movimiento fraterno será siempre una historia escrita por muchas manos. La Fraternidad sin Fronteras nació de un llamado del corazón. Wagner Moura, el fundador y presidente de la FSF, era todavía niño cuando se vio llorando por el hambre en el mundo. Un dolor que lo acompañó por la juventud, cuando ya se dedicaba a trabajos voluntarios en la periferia de la ciudad donde vive, y, adulto, lo hizo decidir ir a África.
Eligió Mozambique, país de habla portuguesa situada en la región más pobre del mundo, el África subsahariana - un millón de personas con hambre, seiscientos mil huérfanos. Comenzaba allí el trabajo de acogida.
De aquellos primeros días a los de hoy, una serie de felices acontecimientos vienen tejiendo esa historia de fraternidad por África y por un mundo de paz.